Conociendo el colectivo feminista limeño, Revuelta Vinyl Club

Revuelta Vinyl Club

mujeres en la industria del vinilo


A finales del 2021, tras una pandemia que resquebró nuestras pautas de sociabilidad y nos obligó a permanecer en el encierro y soledad, Sandy Pérez, melómana y coleccionista empedernida de vinilos desde que tenía 15 años decidió dar un paso más en su relación con la música. Se compró su primera mixer, aprendió a tocar y en poco tiempo, se hizo un nombre dentro de la creciente “escena vinilera” del Perú post pandémica. Su página de Instagram, La Ruta del Vinilo, que inicialmente usaba para compartir reseñas de álbumes, bandas y artistas, se convirtió en una plataforma referente para difundir sus proyectos. Gracias a su alto conocimiento musical, trabajo continuo y un amor profundo por coleccionar discos es que su presencia se consolida rápidamente en la escena local.


Gracias al alcance global de las redes sociales, Cecilia Yzarra, peruana coleccionista de vinilos desde el 2014 residente en Brasil, no dudó en contactarla para hacerle una propuesta: formar un colectivo de mujeres en la industria del vinilo en el Perú. Como suele hacer todos los años para celebrar las fiestas, en diciembre del 2022 viajó a Lima para compartir en familia y, de paso, dar inicio al tan esperado proyecto.


A Cecilia, le impresionó gratamente enterarse que en su país había otra mujer apasionada por los vinilos y no solo eso:difundiendo de forma activa la cultura del vinilo.Su interés y entusiasmo se despertaron porque, a diferencia de otros países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Colombia o México, —donde ha tenido la oportunidad de pinchar en sus viajes—en El Perú no existía un colectivo femenino de vinilos y, quienes tocaban en las escasas fiestas como Lima Soul Club, Dios Salve a la Reina o  Lima dub Club, enfocadas en elreggae, rocksteady, ska y punk , eran hombres, con la excepción de la ahora integrante del colectivo, Daniella Franco.


Fue el 23 de diciembre de 2022, cuando se llevó a cabo el primer evento de Revuelta Vinyl Club, un conversatorio de índole internacional en el que participaron Mujeres Vinileras de México, Los Rulos Vinyl Club de Colombia y Pibas Vinileras de Argentina. El encuentro fue enriquecedor al conocer y nutrirse de colectivos feministas consolidados, tender puentes y, compartir vivencias de quienes llevaban más tiempo en el circuito.


La reunión transfronteriza se organizó en tres partes. Primero, se realizó un conversatorio y charlas que problematizaron sobre diversos aspectos respecto a lo que significaba ser mujer en un ambiente que suele articularse como masculino,y las limitaciones y problemáticas que enfrentan por la visión machista y despectiva que han experimentado en el medio.


Por ejemplo, Cecilia Yzarra, reflexionó sobre el síndrome de la impostora, que suele afectar mayormente a las mujeres. Según un estudio desarrollado por el diario El País en 2023, tres de cada cuatro mujeres poseen dicho síndrome, lo que suele generar ansiedad, frustración y baja autoestima. Un fantasma que suele perseguirnos e imposibilitar un desarrollo seguro y pleno. Es frecuente que se les enseñe a las niñas a tener un perfil bajo mientras que a los hombres se les enseña a ser líderes, y esta problemática social y educacional acompaña a las mujeres a lo largo de sus vidas.


Asimismo, las organizadoras realizaron un taller en el que se enseñó a conocer las partes que componen una tornamesa, y cómo utilizarla. Es un objetivo fundamental del colectivo realizar este tipo de talleres, puesto que puesto que buscan generar confianza en las mujeres y disidencias en la manipulación / experimentación de equipos tecnológicos.


 Es, por ende, una invitación abierta no solo a quienes ya poseen conocimientos y se dedican a la música, sino a todas las que quieran aprender a tocar, o simplemente les guste coleccionar discos. La jornada finalizó con una tocada de las selectoras participantes.


Respecto al nombre, Revuelta, es una respuesta contestaria de uno de los grandes propósitos del colectivo: convertirse en una plataforma de apoyo y visibilización de las mujeres y las disidencias sexuales en los distintos ámbitos musicales, objetivo que quedó plasmado desde la primera reunión, convirtiéndose en un proyecto integral que procura disminuir la brecha de género en el ámbito musical.


Otro hecho inusual y disruptivo del colectivo, es su carácter heterogéneo respecto a escenas y estilos. Los eventos que organizan responden a este eclecticismo musical, creando una experiencia sonora que conecte al público y permita diversificar y ampliar el horizonte sonoro, haciendo una invitación a conocer un repertorio distinto de lo acostumbrado.Esto lo convierte en una propuesta muy nutrida antropológicamente y de variantes musicales fundamentales para una evolución de la escucha y del sonido donde la apertura musical es necesaria para el desarrollo.


Para Revuelta, es necesario mostrar las selecciones de las propias artistas, confiando en sus capacidades y curaduría. “Es un showcase de ellas mismas”, expresa Sandy. La idea es reconocerlas y llegar a más personas que conozcan a las artistas que no suelen tener los mismos espacios y oportunidades que los selectores hombres, y, al mismo tiempo, converjan las escenas para que se enteren de lo que está ocurriendo en la movida limeña y sus representantes femeninas.


A sus integrantes les apasionan diferentes expresiones musicales. Sandy Pérez y Romina San Martín, provienen de una escuela punk,under,new wave, Cecilia tiene sus gustos en la movida tropical y Cristina Girón en la onda disco y electrónica, mientras que Daniella Franco creció en el ambiente reggae y  Nathalí Zanabria gusta también de este género,pero creció en un hogar salsero, es de ahí donde proviene su pasión por este estilo, entre otras. Por ello, se proponen crear un espacio de encuentro que rompa con el segregacionismo propio de los locales limeños, puesto que el foco del colectivo son las mujeres, no un estilo o escena en particular. En Revuelta, hay lugar para todos los gustos.


Problemas y retos:


Cristina Girón, periodista, manager y curadora musical, se refirió que lo común en los line up de las fiestas es que, entre ocho dj’s, con suerte toque una mujer. Las mujeres debemos hacer diez cosas más para sobresalir y, aun así, no nos reconocen de forma igualitaria”. Muchos piensan que las incluyen para cumplir con la “cuota femenina" o muchas veces no las agendan para el “mejor horario del espectáculo". En la entrevista recalcó que: “Hay mucho desequilibrio, dado que las mujeres somos minoría en la escena musical local. Por eso es importante crear espacios para la libre expresión creativa”


Por su parte, Romina San Martín, música que desde su adolescencia comenzó a tocar en bandas generalmente compuestas por mujeres en la escena punk underground, expresó que siempre fue un ambiente masculino, y que sí bien incluían a su grupo, solían ser el único del repertorio femenino, de diez o más bandas. Al igual que Cristina, piensa que lo hacían para cumplir la cuota de género, “o porque nos encontraban guapas. Escuchábamos ese tipo de comentarios”.


Los problemas de machismo son notorios. A pesar de ser expertas y desempeñarse en una pluralidad de ámbitos, explicaron que los hombres suelen intervenir en sus proyectos, sin pedírselo, ya sea “metiendo mano” en el set up, o preguntándoles quién "es el hombre que sabe a cargo", desconfiando de sus conocimientos y seriedad por ser mujeres.


Una de las principales dificultades que enfrentan es el alto costo de coleccionar vinilos y contar con el equipo necesario para desempeñarse como selectoras: tornamesas de calidad, agujas, un buen sistema de sonido y demás herramientas esenciales. Todo esto requiere una inversión considerable no apto para todes, menos siendo artistas autogestionados. Actualmente las integrantes residentes asumen múltiples roles dentro del proyecto. Además de ser Djs, también se encargan del diseño, marketing, producción audiovisual, fotografía, scouting de talentos, networking internacional, curaduría de festivales y bares, entre muchas otras tareas.


Si bien cobran entrada a sus eventos para recuperar lo invertido y, sobre todo, garantizar el pago a las artistas —lo cual es un pilar fundamental para ellas—, en la mayoría de los casos no obtienen ganancias adicionales. Por esta razón, buscan asegurar una negociación justa para cada artista que es bookeade bajo el sello de Revuelta Vinyl Club.


Cristina y Sandy se desempeñan como mánager, creando oportunidades de  bookings no solo para ellas, sino para otras artistas, siendo una constante su búsqueda e investigación para ofrecer un espacio genuino y sacar a la luz talentos del circuito femenino, y otorgarles una redistribución por lo que hacen. Para Revuelta, es esencial hacerlas sentir seguras y defender sus derechos, como lo merecen.


Tejiendo redes femeninas:


Cristina asistió a uno de los talleres realizados por Revuelta: de inmediato sintió ganas de unirse al proyecto. Siempre le había interesado encontrar propuestas musicales femeninas,pero en su entorno no conocía artistas que coleccionanaban o pincharan el mismo estilo musical. La mayoría de las personas que conocía tocaban en digital o habían emigrado, y no encontraba una comunidad femenina con la que se sintiera realmente identificada.


No podía compartir la misma sensibilidad que sí encontró en el equipo de Revuelta. La inspiró la labor de Sandy, ya que permitía un trabajo creativo libre con una gran importancia en la curatorial y en que todas las participantes puedan aportar desde sus visiones y experiencias.


Por su parte, Romina llevaba años desempeñándose en múltiples áreas: es fotógrafa, diseñadora, música y organizadora de eventos en los que promueve y convoca a artistas de distintos estilos. Aunque ya coleccionaba vinilos, fue al conocer a Sandy en una feria y asistir a los talleres cuando decidió aventurarse a pinchar por primera vez.


Así, profesionales y melómanas confluyeron en un espacio que les permitió crear desde la sensibilidad y emotividad, buscando fines comunes, como romper con el miedo que generalmente sienten las mujeres en el momento de mostrarse ante un público. Se ha tratado de un aprendizaje y apoyo mutuo constante. La historia del colectivo y la misión que desempeñan es un ejemplo de lo primordial de las redes de apoyo femeninas para combatir las injusticias del sistema y la sociedad unidas, y saber que no están solas. En este caso, la pasión por la música es el eje articulador para luchar por revertir la desigualdad de género. Crecer en conjunto, y resistir. Y, “qué mejor que hacerlo juntas”, como celebra Cristina.


Por otra parte, como aclaró Sandy Pérez, es vital instaurar espacios seguros en una sociedad que ejerce violencias constantes sobre las mujeres. El proyecto, se ha convertido en un espacio de sanación colectiva, que les ha posibilitado tomar fuerzas para seguir remando contra la corriente juntando sus manos. No es una invitación para la competencia que alimente egos, sino para la colaboración. Creen encarecidamente en la articulación de un grupo de personas seguras de sí mismas, que sepan lo que hacen y se sientan plenas al reconocer su valor y aportes.


Los espacios que se nos han cerrado históricamente, deben ser reclamados y ocupados.Revuelta Vinyl Club está haciendo precisamente eso: enfrentando los obstáculos con determinación y dejando atrás el autosabotaje que tantas veces nos impone una sociedad que nos subestima.


Esta iniciativa no solo busca visibilizar el talento de mujeres y disidencias en la música, sino también inspirar a las nuevas generaciones a expresarse sin miedo, a compartir la música que les mueve el alma y a romper con el temor al juicio ajeno, tal como lo han vivido en carne propia muchas de sus integrantes. En un mundo donde aún se espera que las mujeres sean más "musas" que artistas, apoyarse entre compañeras y brillar juntas es un acto de resistencia.


Es necesario contar la historia y visibilizar el hermoso, humano y arduo esfuerzo y labor que implica la creación de este colectivo, que, a través del amor por la música, declama y abre espacios para que  puedan sentirse libres de ser quienes son, y manifestarlo mediante el baile, la selección musical y la comunidad. Bienvenidas sean a la revuelta. Quedan todas invitadas e invitadxs. ¿Te unes?